Justine Cather, es la dueña de esta boutique de chocolate llamada Burnt sugar, su popularidad se debe a la original receta de su madre, para el diseño del empaque la agencia d studio brand design, del Reino unido, junto dos ideas, colores neonicos y doodle o garabatos, de esta manera cada empaque posee su sello personal, de la misma manera que el producto, donde cada trozo de chocolate, no es igual al anterior.
Cada sabor de chocolate, posee su tipografía distinta y su color distinto de empaque, lo que permite al consumidor, el identificar en forma exacta el sabor que desee, casi sin necesidad de leer el contenido del envoltorio. Tonos de neón como naranja, verde, celeste y fucsia, forman parte de este singular producto.
Fuentes: burntsugar, d-studio